«Ama el arte. De todas las mentiras es la menos falaz»

Gustave Flaubert


domingo, 31 de octubre de 2010

Kerouac y sus rarezas

'Satori en París' (Escalera)


Jack Kerouac necesitaba respuestas. Cuatro años antes de su muerte, en 1969, decidió emprender un viaje por Francia para descubrir los orígenes de su apellido. Buscaba su satori (término japonés, propio de la filosofía budista, que significa «iluminación») y lo encontró en manos de un taxista llamado Raymond Baillet que le translada hasta el aeropuerto de Orly.

“Todo lo que tengo que decir de él, en relación con el hecho de que él pudo ser la causa de mi satori en París, es que era amable, eficiente, cortés, a la moda, distante y otras cosas. [... ] Él Raymond Baillet, es un caballero y un excelente taxista que por azar conmovió a un americano camino del aeropuerto”, escribiría meses más tardes Kerouac. Desde su casa de Florida plasmaría su experiencia europea en Satori en París (Ediciones Escalera), un texto prácticamente desconocido que se publicó por primera vez en España en octubre de 2009, para conmemorar el cuarenta aniversario de la muerte del escritor.

Satori en París es un libro cargado de beat, que mantiene la esencia de On the road y de Los vagabundos del Dharma con la peculiaridad de que el escenario en el que se desarrolla es París y Bretaña, y los personajes con los que Kerouac se cruzará son, entre otros, españoles.

En esta ocasión, Kerouac no crea un álter ego en el que esconderse, y él mismo es el protagonista que conducirá al lector por los suburbios de la capital francesa, invitándole a bistrot, prostíbulos y hoteles de mala muerte que provocan que Satori en París huela a beat.

Riéndose del mito que creó en los cincuenta, Jack Kerouac dio vida a una rareza que a los amantes del be-bop y de la literatura de asfalto les encantará descubrir.