«Ama el arte. De todas las mentiras es la menos falaz»

Gustave Flaubert


viernes, 18 de febrero de 2011

Los que hacen y los que no

'El padre de Blancanieves' (Anagrama)


Cuando Belén Gopegui publicó, en 2003, El lado frío de la almohada (Anagrama) algunos críticos y medios de comunicación le acusaron de apoyar la dictadura cubana. El argumento sobre el que construyeron esta teoría es que a la historia le faltaban puntos de vista “para alcanzar la objetividad necesaria para tratar un tema tan serio”.

Gopegui aprendió la lección y con su siguiente novela, El padre de Blancanieves (Anagrama) les dio a todos los que la criticaron lo que querían leer: una batería de personajes con los que recrear, de manera verosímil, la sociedad madrileña del siglo XXI. Está Manuela, una profesora de instituto que entrará en una profunda crisis tras vivir un complicado episodio con un ecuatoriano que se retrasa trayéndole la compra; está el marido de Manuela, un hombre acomodado cuya única preocupación es que a su familia no le falte de nada; está su hija Susana (y sus dos hermanos pequeños), una adolescente adscrita a grupos anti-globalización que cree que el mundo se cambia desde la acción.

Estos personajes conducen al lector por una trama aparentemente sencilla, profunda y urbana, ya característica del estilo de la madrileña. Gopegui quiere que su público se posicione, a un lado u a otro, pero que tome conciencia de la situación que actualmente se está viviendo. Pero, lejos de lo que en un primer momento pueda parecer, lejos de ser un libro aburrido es una novela brillante, donde está presente todo el talento de una de las más sobresalientes escritoras españolas. Por ello no es de extrañar que El padre de Blancanieves estuviese dentro de la lista de las diez mejores novelas de 2007.

Sólo el título es apasionante: El padre de Blancanieves. ¿Dónde estaba el padre de esa niña cuando la madrastra le hacía todas esas perrerías? ¿Por qué no hizo nada? Quizá es el título el único lugar del libro en el que Gopegui refleja de qué lado está ella pero, en esta ocasión, fue más lista que los críticos que dijeron, entre otras cosas que “ésta es una obra seria e importante que debe leerse porque, además de resultar amena por el interés de la trama que alimenta, urge a reflexionar sobre la realidad”, escribía Santos Sanz Villanueva para El Cultural. Amén.


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