«Ama el arte. De todas las mentiras es la menos falaz»

Gustave Flaubert


lunes, 21 de noviembre de 2011

Paseando por Lisboa

'Sostiene Pereira' (Anagrama)


Acusadme de vintage, pero no me resisto a reseñar Sostiene Pereira (Anagrama), de Antonio Tabucchi. Me habían hablado maravillas pero, sin embargo, ha llegado a mis manos tarde. Cuando mi chico y yo aún no habíamos cambiado Roma por Lisboa.

Me encariñé de Pereira desde el primer momento. Supongo que tiene todos los ingredientes para ser un personaje entrañable: un hombre de avanzada edad, viudo y con extrañas costumbres. No sé porqué, pero desde el inicio me lo imaginé como ese tipo de personas resignadas a vivir. O, mejor dicho, que se resignan a que su hora no haya llegado todavía.

El resto de personajes ayudan a construir un flujo narrativo perfecto, en el que el único antagonísta identificable son las circunstancias (socioculturales). Porque a pesar de que Tabucchi nos sitúe en la Europa de principios del s. XX, sabe perfectamente que aún las heridas no han cicatrizado. Y, como decía Yonnet, vivimos un poco "con las mandíbulas y los puños apretados". Y más en días como hoy.

Pero Sostiene Pereira no es sólo una novela exquisita y entretenida, fruto del encanto de uno de los italianos contemporáneos con mejor pluma. Sostiene Pereira es una maravillosa guía de Lisboa, que consigue transmitir esa esencia nostálgica y melancólica que sólo conoce quién ha tenido la suerte de visitar la ciudad. Eso sí: una vez terminado el libro, se quiere volver. Pero ya no cómo un turista más, no. Ahora lo que apetece es tomar una tortilla, beber un oporto y sentarse en cualquier rincón de La Alfama a verlas venir.

No hay nada mejor que, después de intervenir tiempo y expectativas, un libro nos deje con buen sabor de boca. Y, desde luego, Sostiene Pereira es una de esas obras que sobrevivirá al paso de los años. Murando a mejor, como hace el buen vino. Y como hace el propio Pereira.

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